¿QUÉ ES EL MODERNISMO?
El modernismo es la expresión de la nueva energía que avanza con impulso desarrollador desde fines del siglo XIX, por lo tanto el modernismo no sólo se refiere a lo novedoso y difícil, sino también a un cambio en la dinámica social. Comparte una relación con el mundo moderno que resulta peculiarmente nueva y excepcional respecto de cualquier otra condición histórica o cultural previa; sin embargo, aún estamos en el mundo de las generalidades.
Ahora bien, el modernismo no es una mera reacción automática ante la modernidad. No sólo refleja la modernidad, sino que también se le opone. Lo que sorprende de los grandes modernistas es no sólo la confianza que tenían en su talento, en su ingenio, sino también el carácter innovador y progresista de sus obras.
La ventana de la moda es la que nos hace reflexionar acerca de lo que el modernismo no es, aquello contra lo cual reaccionaba e intentaba reemplazar. Y esto puede hacer que pensemos en las tendencias o movimientos característicos del modernismo, como el cubismo, el dadaísmo o el surrealismo.
Estos Ismos dejan entrever el espíritu de la época, el Zeitgeist, como se le suele llamar.
Se caracterizó por la ausencia de expectativa ante el futuro, la ciencia, donde el pensamiento científico era utilizado por los hombres de poder como medio de dominación social y red de toda acción colectiva. Además pretendía crear un hombre que no racionara y guiara por las órdenes de la clase dominante. Eliminar la racionalidad y dar pie a una “modernidad mecanizada”.
LOS FUNDAMENTOS CULTURALES DEL MODERNISMO
1863: El modernismo es anticipado por Charles Baudelaire, “el pintor de la vida moderna” en sus criticas de arte.
1872: Se acuña el término Impresionismo para denominar un tipo de arte que será el prototipo del vanguardismo.
1879: Henrik Ibsen pone el feminismo en escena con casa de muñecas.
1883: Friedrich Nietzche, anuncia el “superhombre” en Así hablo Zaratustra.
1888: August Strindberg, se opone al feminismo de Ibsen con su obra La señorita Julia.
C.1890: El cuadro de Edvard Munch El grito anticipa la llegada del expresionismo.
1900. Signumd Freud funda el psicoanálisis con la interpretación de los sueños (el mismo año en que nace la física cuántica)
1901: Pablo Picasso se encuentra en su precubista “Periodo Azul”.
1905: Nace el expresionismo modernista con el grupo Die Brücke, en Dresde, Alemania.
1908: Piscasso y George Braque comienzan a trabajar en el cubismo.
1909: Fillipo Marinetti proclama el primer manifiesto del futurismo en París.
1911: Wassily Kandinsky y otros fundan en Múnich el grupo de arte expresionista Der Blaue Reiter (“el jinete azul”), del que Schoenberg forma parte.
1916. Mientras se aproxima la Revolución Rusa, se funda el dadaísmo, antibélico y anárquico en el cabaret Voltaire de Zúrich.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL MODERNISMO Y LA MODERNIDAD?
La modernidad significa nuevos medios de transporte, nuevos medios de comunicación así como nuevos materiales y nuevas fuentes de energía. La modernidad es en términos sencillos, las tecnologías, producidas en escala masiva para el consumo masivo.
Todas estas tecnologías dan lugar a una experiencia cualitativamente distinta, la de “ser moderno”. El habitante occidental del siglo XIX se introduce a toda velocidad en ámbitos interpersonales, emocionales y culturales.
Las tecnologías del tiempo. En la modernidad, la percepción del tiempo experimenta un cambio radical. Las nuevas tecnologías de administración, como el “taylorismo” y el “fordismo” alteraron la forma en que las personas se comportaban como “unidades de trabajo”.
El taylorismo recibe su nombre del estadounidense Frederick W. Taylor, quien en Los principios de la dirección científica, aplicó principios científicos al lugar de trabajo. Con el nombre de “fordismo” se alude generalmente al desarrollo de la producción en masa. Su fundador Henry Ford, quien en los Estado Unidos comenzó a fabricar automóviles, utilizando la cadena de montaje.
La estandarización del tiempo. En la Inglaterra del siglo XIX, la hora nacional comenzó a conocerse como “la hora del ferrocarril”, por oposición a la hora local. Los trenes respetaban horarios fijos, pero una persona podía cambiar de “huso horario” si viajaba, por ejemplo, de Londres a Bristol. El tiempo fue racionalizado cuando se fijaron y acordaron estándares horarios mundiales en la Conferencia Horaria Internacional de 1912.
La fuerza motriz que impulsaba todos estos cambios en la tecnología moderna era el empresario megacapitalista: industriales como Henry Rockefeller y John Pierpont Morgan en los Estados Unidos; William Lever Leverhulme en Gran Bretaña y la familia Krupp en Alemania.
Las fabricas con procesos de producción más eficientes y las oficinas iluminadas con luz artificial donde se escuchaba el disciplinado martillear de las maquinas de escribir estaban pensadas para satisfacer las crecientes e insaciables necesidades de una fuerza de trabajo urbanizada e industrializada.
EL NUEVO ARTE INDUSTRIAL
La publicidad sobre todo en los Estados Unidos, dejó de ser un mero accesorio comercial y se transformó en una industria clave por derecho propio. Y no sólo una industria, sino también en un medio que permita representar un mundo de deseos, aspiraciones e identidades sustitutivas. Los “persuasores ocultos” de la sociedad de masas consumista explotaron todas las estrategias del modernismo para crear un nuevo medio popular de comunicación: las técnicas cinematográficas de montaje, el diseño vanguardista, los manifiestos breves, las melodías de jazz, pero en especial el psicoanálisis.
Una actitud experimental. Los vanguardistas estaban seguros de que sus exploraciones tenían valor como parte de un desvelamiento progresivo de la verdad en el mundo moderno.
El futurismo italiano fue uno de los primeros movimientos del modernismo que abrazaron con fervor y celebraron de modo agresivo la utopía moderna constituida por las maquinas, la revolución, el movimiento y la velocidad. El rechazo futurista de la “Europa Anticuada” parece indicar una visión idealizada del progreso. Pero sin que haga falta analizarlo mucho, este movimiento no tarda en revelarse como lo que en realidad es: un “primitivismo” que se regodea con la guerra total mecanizada, una elite de superhombres y todos los otros síntomas del fascismo despótico, al que suscribirá con entusiasmo en la década de 1920.
El futurismo simultáneo. Filipo Tomasso Marienetti fue el difusor, portavoz y poeta de los futuristas. En 1909 publicó el “primer Manifiesto Futurista” en el periódico parisino Le Fígaro.
Si bien, el Futurismo italiano era un movimiento con una clara identidad, tuvo amplias ramificaciones. Algunos ecos de su estilo celebratorio resuenan en el manifiesto de los rayonistas (un movimiento ruso de 1913), que se proponía sintetizar el cubismo, el futurismo y el orfismo.
La idea de simultaneidad aparece una y otra vez en la escritura, la pintura, la música y el teatro modernista. Es la expresión de un rasgo moderno: la sobreabundancia de imágenes y sonidos de la ciudad, que compiten por llamar la atención.
La arquitectura el modernismo funcionalista. La arquitectura encarnó por completo el ímpetu tecnológico de la modernidad al utilizar nuevos materiales de construcción, como el hormigón armado y el vidrio pulido; así también al adoptar una actitud funcionalista ante el ambiente moderno, caracterizado por sus nuevos medios de trasporte y comunicación, sus nuevos agrupamientos sociales urbanos y las nuevas relaciones de las personas con el lugar de trabajo y hogar.
Adolf Loos, expresó en su libro Adorno y crimen, que la esencia del modernismo arquitectónico, declaró que la decoración era equivalente a un crimen.
El cine, fenómeno moderno ya que no sólo se reproducen imágenes en movimiento del mundo sino que también construye nuevas tecnologías de la visión. Una de las primeras películas proyectadas públicamente fue La llegada del tren, de Louis Lumière, dio lugar a la leyenda de que los espectadores huyeron despavoridos cuando el tren se precipitó sobre ellos en la pantalla.
Esto se debió a que las nuevas tecnologías del trasporte junto con las técnicas de entretenimiento resultaron ser los instrumentos que se emplearon para realizar las primeras películas, filmadas por cámaras fijadas a las locomotoras, las cuales atravesaban el paisaje a gran velocidad.
Un ejemplo más de uso de las técnicas en el desarrollo de las obras de arte modernistas, es el uso del collage. Kurt Schwitter (1887-1948) dedicó su vida entera a coleccionar y pegar en collage los desechos de la vida moderna, que él denominó Merz.
Etapa heroica del modernismo. En la Rusia soviética, el artista Vladimir Tatlin (1885 - 1953) ideó una obra que expresaba la visión moderna del socialismo. Su torre, denominada Monumento a la III Internacional, se diseñó en 1919; aunque nunca se construyó, aún hoy constituye el símbolo de un modernismo heroico que intentó fusionar la ideología revolucionaría, la tecnología y la estética –“el espíritu moderno de la época”.
La admirada obra de Piccaso Les demoiselles d’ Avignon (1907), fue una obra innovadora; reconocida en esta etapa por ser de mayor tamaño que cualquiera de las pinturas previas, poseía una característica relacionada con una herramienta fundamental del modernismo: el manifiesto. Se proclamaba a sí misma, exudaba confianza en su novedad y radicalidad.
Así también, la abstracción sería un rasgo dominante de la pintura modernista, es decir, las figuras no son alegóricas ni simbólicas: su significado debe buscarse en el lienzo mismo, en la superficie del cuadro; a su vez, la posibilidad de “leer” el cuadro en forma profunda y significativa depende del conocimiento que se tenga de los contextos y discurso históricos y culturales del arte.
Interrelación entre las diferentes artes. La polinización cruzada de las formas de arte modernistas se expresaba a menudo en los programas tácticos de los manifiestos, presentados como una notoria combinación entre diferentes artes. Como si pretendieran declarar que el nuevo programa estético era de aplicación universal.
Muchas de las más sobresalientes colaboraciones entre múltiples formas artísticas tuvieron inspiración política, mismas que se integraban por actores, la música, la decoración y el cine, lo cual integraba un collage vivo; los sucesos artísticos públicos servían de pretexto para la colaboración creativa entre artistas de diferentes campos.
La combinación entre las artes solía tener diferentes giros, un caso singular era el de los poemas que intentaban imitar imágenes mediante una disposición tipográfica especial. Los creativos poemas imágenes que Apollinaire enviaba desde el frente de guerra inspirarían luego la creación de una escuela modernista menor de “poesía concreta”.
El cine de vanguardia. Cine con esencia colaborativa es representación del pintor surrealista Salvador Dalí y el director Luis Buñuel (1900-1983), que se unieron para crear la famosas películas Un perro andaluz (1929) y La edad de Oro (1930).
Cineastas dedicados a la animación abstracta, como Oskar Fischinger (1900-1967), Len Lye (1901 - 1980) y Norman McLaren (1914 - 1987) expresaron ideas musicales como secuencias de imágenes en movimiento. En tanto, el modernismo consideraba que el sonido y el color tenían la misma “libertad tonal”, lo que explicó que ambos avanzaran hacia la abstracción.
Relación entre modernismo y la filosofía. Se presenta una interrelación compleja entre la teoría y la práctica, con lo cual podemos realizar analogía entre los artistas modernistas y su relación con filósofos modernos; a veces, los objetivos de unos y otros coincidían en forma implícita.
Filósofos como Ludwig Wittgenstein (1889 - 1951), Henri Bergson (1859 - 1941), Edmund Husserl (1859 - 1938), Martín Heidegger (1889 - 1976), etc., ejercieron todo tipo de influencia sobre los artistas intelectuales y artistas del modernismo. Husserl fue el fundador de la fenomenología, cuya diferencia fundamental con el racionalismo y el idealismo consiste en que se concentra en la percepción de las cosas en sí mismas.
Modernismo y primitivismo. El vínculo con el “primitivismo” y lo irracional se presentó con el modernismo, ya que el primero constituye la reacción el modernismo contra la modernidad (la manifestación más clara de lo “primitivo” se puede ver en el cuadro de Picasso de 1907, Les demoiselles d’ Avignon).
Durante el transcurso de la historia el ser humano ha adaptado los elementos de su alrededor para crear conocimiento. Este le ha permitido trascender como un ser racional y dejar a un lado aquellos comportamientos de carácter instintivos.
Como parte del conocimiento racional tenemos al modernismo, una corriente ideológica basada en la precisión científica dejando a un lado las emociones, mejor dicho, el lado humanista.
El primitivismo expresionista son las primeras aproximaciones al modernismo, donde gracias a la influencia francesa en autores como Van Gogh, plasmaban en la pintura una sensualidad acompañada por desnudos explícitos; así se expresa la combinación entre lo primitivo, la sexualidad masculina, el colonialismo y el acto físico de crear un cuadro.
Modernismo y el psicoanálisis. Algunos autores como Max Nordau criticaron fuertemente al modernismo considerándolo un producto degenerativo más que una corriente artística. Esto se debía a que el pensamiento que se generaba estaba aterrizado en la tecnicidad que propiciaba la destrucción del hombre.
Pese a esto, autores como Freud plantearon el psicoanálisis para explicar el carácter irracional y primitivo del hombre. Basado en técnicas como el monólogo interior, buscaba en qué parte el inconsciente vinculaba las imágenes percibidas.
La influencia del psicoanálisis se dejó ver en otras expresiones artísticas como el surrealismo, el cual, apoyado por la psicología trataban de expresar lo que existía mas allá de lo que podíamos percibir.
Élites y vanguardias. Las élites son tomadas como una fuerza táctica, mientras que las vanguardias son el sector más avanzado de la cultura en un movimiento histórico determinado, lo cual no se debe confundir con modernidad.
Ernest Hemingway es tomado como un modernista sólo en el caso del modernismo como estructura emocional, no como un movimiento de vanguardia.
La palabra vanguardia viene de la palabra avant-garde, esta palabra tiene un sentido militar, significa avance o choque, además de establecer una identidad corporativa, tácticas y maniobras, así como sentimiento de pertenencia. Además, así se le denominó a movimientos artísticos adelantados. El movimiento de la vanguardia es de naturaleza innovadora. Los vanguardistas se dedicaban a publicar manifiestos y a organizar eventos públicos.
Decían que tenían algo nuevo que ofrecer y por eso eran artistas, definiendo a los artistas como las antenas de la raza; sin embargo, más tarde se dice que lo importante no es el artista, sino la obra. De las ideas políticas que tenían surgieron varias obras.
Se ostentaba una clara adhesión a la política conservadora, por lo que se decía lo siguiente: para alcanzar el orden social estable, la existencia de una cantidad numerosa de judíos librepensadores resulta indeseable por razones tanto raciales como religiosas.
En general, el escándalo modernista se vincula con la adhesión a la extrema derecha. A los modernistas con posturas de ultraderecha se los tilda de reaccionarios, mientras que a los abiertos defensores de posturas de izquierda se los considera socialmente progresistas.
Algunos escritores y artistas comprometidos consideraban que existía una relación integral entre la innovación formal y las ideas políticas progresistas. Entre los modernistas y los críticos de la modernidad probablemente predominaban las posturas progresistas.
La relación que mantienen el elitismo, el vanguardismo y las ideas políticas modernistas con la cultura de masas es compleja e intrincada. Entenderla contribuirá a aclarar la cuestión de la reacción contra la modernidad.
Adorno defendió la vanguardia, sobretodo la musical, representada por el serialismo dodecafónico de Arnold Scoenberg y Alban Berg. Sin embargo, la actitud de Walter Benjamín era más positiva que la de Adorno, su pensamiento y sus escritos acerca del arte del siglo XX tiene una sagacidad y un poder sugestivo. Como consecuencia lógica del fascismo, la estética se introduce en la vida política… la respuesta del consumismo consiste en politizar el arte.
Desde los comienzos del modernismo se consideró que era fundamental aclarar la cuestión de sus ideas políticas.
Las industrias culturales. Los artistas y los críticos nunca dejaron de abordar el tema de la política. La forma en que la escuela de Frankfurt concibe la relación entre la estética y la política constituye una veta importante del modernismo tardío.
El crecimiento exponencial que experimentó la cultura de masas a raíz de las nuevas tecnologías de la distribución y la reproducción (el cine, la radio, la circulación masiva de publicaciones, la fotografía y la publicidad), así como la génesis de lo que más tarde se denominó “las industrias de la conciencia”, produjeron una verdadera revolución en el modo de vida, las creencias y los deseos de las personas.
LA CIUDAD EN EL MODERNISMO (cultura, política y sociedad)
A la par de estas expresiones artísticas la sociedad evoluciona de una manera drástica, provocando el análisis y reflexiones de algunos autores. Las grandes ciudades con los enormes rascacielos eran aspectos del modernismo y se veía reflejado en la arquitectura de tipo cubista, sin la emotividad de líneas circulares ni nada por el estilo.
La multitud se consideraba el espacio donde el individuo podría ocultarse y era el sitio donde se inventaba una identidad. Si el grupo donde se introdujo son socialistas, para lograr ese sentido de pertenencia debe adaptarse ideológicamente a ese contexto.
Esta misma multitud fluye sin tener la plena consciencia del lugar hacia el que se dirige, por eso se dice que adopta el movimiento de un río, el cual no regresa y sigue siempre la misma trayectoria hasta que un suceso que esté más allá de su alcance lo modifique.
Fuera de esta multitud existe una mente crítica, un hombre que cuestiona todo lo que existe a su alrededor y que trata de romper con el esquema mecánico del pensamiento. “El caminante” es aquel espectador urbano, crítico, oculto que ronda por todos los lugares creando conocimiento.
Por otro lado, la educación de tipo nacionalista que se proporcionaba en las potencias mundiales en la primera mitad del siglo XX tenía una justificación muy poderosa; crear seres humanos capaces de hacer todo por su patria (incluso luchar y morir).
Debido al conflicto ideológico que había entre las potencias mundiales (pues unas simpatizaban con el capitalismo y otros tantos con el socialismo), los intelectuales de aquella época tuvieron que fijar su postura sobre apoyo o rechazo a algún tipo de pensamiento. Los modernistas no se salvaron, lamentablemente muchos, como Ezra Pound, tomaron postura hacía el fascismo; la tercera y última fase del fascismo se caracteriza por trasladarse a los Estados Unidos proveniente de Paris, Francia, aunque ya había mantenido contactos n 1913 en un show donde se dio a conocer a modernistas europeos.
La modernidad y el modernismo tuvieron un gran impulso en los Estados Unidos debido al apetito de lo nuevo que este país occidental tiene; por ejemplo, a pesar de la crisis del 29, el gobierno no dejó de apoyar el movimiento a través de programas para la cultura. Sin embargo, no todos los sectores estadounidenses se encontraban a favor del modernismo, algunos grupos conservadores lo llamaban antiestadounidense y decían que, no importando el tipo de corriente modernista que fuera, todas buscaban la denigración intelectual.
Por su parte, los grupos socialistas y fascistas también lo calificaban de basura. Todos coincidían en un punto: el modernismo, por sus características, era elitista y eso denigraba al humano.
Ahora bien, ubicándonos en el periodo de guerras mundiales, sabemos que todo tipo de medios de comunicación eran utilizados para hacer propaganda política a favor del régimen socialista, fascista, capitalista, etcétera. El cine no fue la excepción. Y siendo en modernismo una corriente artística también se produjo cine con bases modernistas para hacer proselitismo político.
El modernismo consiste en dar una respuesta a la novedad del mundo moderno y promover el cambio y la innovación de radicales.
El modernismo surge con una conspiración internacional. Pero no por ello debemos olvidar que se hallaba limitado a pequeñas elites de los centros urbanos denominados “vanguardias”. Sus ondas de expansión eran desproporcionadas en relación con las dimensiones que se tenían. Los cambios radicales en las artes visuales, la literatura, la música y la arquitectura no ocurren exactamente al mismo tiempo, pero las coincidencias bastan para convencernos de que en todos estos sectores existía un clima común de experimentación.
Vivir en la modernidad basta para convertirlo a uno en “moderno” pero no necesariamente en “modernista”. El modernismo bucea a nivel mas profundo en las capas inconscientes de la modernidad y enfrenta con sus propios temores ocultos.
BIBLIOGRAFÍA
RODIRIGUES Chris, Chris Garratt; Modernismo para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente, 2002, 175 pp.
